Tras un cambio de última hora, jugaríamos el partido en nuestro pabellón y no en el del equipo rival, Movistar Estudiantes, un equipo duro de roer.
No iba a ser un partido fácil, ya que era el segundo partido del fin de semana y el cansancio se notaba además de ser un partido muy temprano y el frio se notaba. Nuestros jugadores salieron confiados al campo de que iba a ser un partido fácil, aun habiéndoles dicho que no lo iba a ser. Al salir confiados, Estudiantes nos ganó los parciales de los dos primeros sextos.
Tras la primera mitad, la cosa cambio hacia nosotros, ya que se vio un repentino cambio de actitud en los jugadores lo que hizo que le diéramos la vuelta al partido con un increíble quinto sexto muy acertado en el terminamos con 26 puntos y nuestro rival 6, gracias a un cambio radical en la defensa.
Terminamos el partido 12 arriba. Este partido nos sirvió para darnos cuenta de que no hay que juzgar a un rival por sus estadísticas y que todo se basa en la actitud y las ganas que le pongamos al baloncesto.