Empezamos con energía en el calentamiento, los siete benjamines que allí se encontraban a pesar del frío matutino de Madrid, ya iban todos con la camiseta de juego. Se les notaba eufóricos, como en todos los partidos.
Caldeiro, nuestros rivales comenzaron jugando con sus torres más latas para sacar ventaja, ademas sorprendieron a los presentes con una presión en medio campo que sorprendió tanto a los jugadores como al entrenador rival.
Los pequeños guerreros San Ignacio supieron como reaccionar y comenzaron a defender de forma intensa en el campo rival, lo que nos ofreció muchas opciones de tiro y que, por consecuencia, hicieron que el marcador se recortase notoriamente.
Salieron al segundo cuarto con mucho más ánimo y energía, venciendo las dificultades de altura y presión del primer cuarto y robando balones directamente de las manos rivales, corriendo como nunca y jugando en equipo.
Ya en el penúltimo cuarto salieron un poco más despistados, Caldeiro volvió a su estrategia inicial y nuestros pequeños empezaron a luchar como titanes para darle la vuelta a la situación, dejándose la piel (a veces literalmente) sobre la cancha, sacando un espíritu competitivo que pocas veces, por no decir ninguna, ha visto su entrenador. Esto se vio reflejado en cada uno de los siete benjamines San Ignacio, especialmente en Hugo Garcia y Luca Fernández que hicieron un gran papel en defensa y ataque.
El último cuarto fue la continuación de la remontada de Caldeiro y el último empujón para dejarnos en una diferencia de 11 puntos, 33-21para San Ignacio.
Nuestros benjamines se desanimaron por el resultado pero en el baquillo se les hizo saber el gran trabajo que habían hecho aquella mañana en Madrid, bajo la atenta y lejana mirada de sus padres, los cuales lo pudieron ver desde el exterior del recinto debido a las medidas frente al COVID-19.
Buen trabajo Benjamines, ¡este es el camino!