Llegaban los Alevines a Pez Volador, una pista emblemática del baloncesto madrileño para jugar contra Canoe.
Desde los primeros compases pudimos comprobar como Canoe era un equipo serio y organizado, pero San Ignacio salió con la lección aprendida ante Torrelodones y no se dejó amilanar por la presión a todo el campo que tanto daño nos había hecho en la primera jornada. Al final del segundo sexto la diferencia en el marcador era de 10 puntos para los locales.
Un tercer sexto para olvidar, con un parcial de 20-3 hizo resucitar a los fantasmas de la primera jornada, pero los visitantes sacaron su casta competidora y después del descanso fueron capaces de ganar el cuerto 5-12 jugando un gran baloncesto y quitándose mucha de la presión acumulada en esta segunda fase.
Al final el resultado refleja que el equipo no puede tener despistes en ningún cuarto, ya que en esta fase los equipos no perdonan. Concentración e intensidad será nuestro caballo de batalla de ahora en adelante.