La “casualidad” o los “astros” quisieron que el último partido de la temporada se jugara en casa entre los equipos benjamines negros y verdes del San Ignacio de Loyola.
Nuestros jugadores más que motivados por la especial coincidencia y la oportunidad de enfrentarse a sus compañeros y amigos, dieron lo mejor de sí en un partido que se disputó en el pabellón que el colegio tiene en Arroyo de Viales y que lleva el nombre de una gran deportista y mejor persona: María de Villota.
Fueron muchos los momentos que nos regaló este último partido no sólo en la cancha, sino también en las gradas donde padres y madres de los jugadores animaban con fervor a aquellos niños que tan sólo hace unos años daban sus primeros pases de balón en los entrenamientos y partidos que la Escuela de Baloncesto organizaba.
A falta de tan sólo unos minutos del final del partido, la cara de grandes y pequeños cambió al ver aparecer en la cancha, al actual capitán del Real Madrid en la Liga ACB, Felipe Reyes. Un ejemplo de superación, deportividad, carisma y talento, que en todo momento se mostró abierto a compartir con los niños algunos momentos de juego, firma de camisetas y sesión espontánea de fotos.
Generoso, afable y muy cercano, Felipe recibió muy agradecido una sudadera de la Escuela de Baloncesto San Ignacio de manos de Piluca Guil, que es en la actualidad coordinadora y entrenadora de la escuela y que debutó en la máxima categoría con 16 años, tras cuatro años jugando en el Canoe. Piluca fue selección española en todas las categorías de formación.
Un broche de oro para un cierre de temporada que ha supuesto una suma de habilidades y aprendizaje de vida para los niños del San Ignacio que la protagonizan.