El pasado domingo, el Pabellón María de Villota se convirtió en el escenario perfecto para una jornada cargada de emoción y diversión, en la que padres y hermanos vieron lo que han aprendido los pequeños de la casa.
En la pista pequeños gigantes de 1ºde Infantil hasta 2º de primaria, mostraran sus habilidades a sus familias, muchos de los cuales presenciaban por primera vez los logros y destrezas de sus hijos sobre la cancha. La alegría se reflejaba en los rostros de los niños al demostrar lo bien que se desenvolvían en los circuitos y lo hábiles que eran jugando al baloncesto.
En las gradas, una afición muy atenta observaba con entusiasmo el progreso y las habilidades que los niños ya habían adquirido en estos dos meses. Como colofón final, un aperitivo juntos en el que conocerse un poco más.
La experiencia consolida la importancia del apoyo familiar en el desarrollo deportivo de los más pequeños y nos reafirma en que la vida compartida, también la deportiva, es mucho mejor.
¡Seguimos familias! ¡somos equipo, somos San Ignacio!
