Partido de nuestros juveniles contra Lázaro Cárdenas en su casa. Un encuentro con un gran inconveniente, las dimensiones del campo; como le decían los chicos a la entrenadora, «tanto nos pides que mandemos bolas altas a colocación y ahora no podemos».
El partido fue muy igualado durante los dos sets que duró. Hicieron unos puntos dignos de aplaudir, tres toques con grandes remates. Esto no pudo ser sin el trabajo en equipo, una buena defensa y colocación. Sin embargo, los nervios fueron apareciendo conforme veíamos que se nos iba de las manos, que poco a poco nos iban cogiendo ventaja. Nuestros fallos tontos se pronunciaban, en su mayoría por no hablar y estar lo suficientemente concentrado.
Nuestros jugadores dieron la talla, pero la altura del techo pudo con nuestro juego.
El partido terminó 2-0 en nuestra contra. Aún así, la entrenadora como bien dijo al finalizar, está orgullosa por el esfuerzo puesto, por jugar todo lo posible ante un campo con dichas condiciones y por el progreso reflejado a nivel individual y colectivo.
Toca seguir trabajando y a por el siguiente, que además, ¡jugamos en casa!