Este fin de semana teníamos doble jornada de partidos para recuperar los que no se habían podido jugar por los parones provocados por la incidencia Covid y por el temporal Filomena.
No teníamos ni idea de cómo serían los equipos contra los que nos enfrentábamos pero la incertidumbre fue lo de menos, estas guerreras conservaban intactas las ganas y la ilusión de disfrutar del baloncesto, a pesar de la derrota del fin de semana anterior.
Nuestros partidos siempre comienzan con muchos nervios, primero por lo desconocido y segundo por el físico de nuestros rivales, pero poco a poco vamos encontrando nuestro sitio en el campo y cuando entran a jugar las alevines son todo un ejemplo de actitudante esas diferencias físicas tan grandes y que definen tanto los partidos en estas categorías.
Destacar a una de nuestras alevines de primer año, Mencía G., que representa la actitud, con mayusculas, que hay que tener en la cancha y en la vida. Dos años más pequeña que el resto del equipo, la más pequeña de estatura y partido tras partido es la máxima reboteadora.
También merece una mención la actitud del equipo después de las derrotas, todas celebrando poder disfrutar de este maravilloso deporte que es el baloncesto sin estar definidas por el resultado.
Su entrenadora se pregunta, y con razón, ¡qué harán cuando ganen un partido! Bravo chicas, nos dais una autentica lección de lo que es disfrutar del deporte esto es el ¡espíritu San Ignacio!
