La competición como herramienta de aprendizaje
En el Club deportivo San Ignacio la formación integral de nuestros deportistas es una prioridad, por ello además de los entrenamientos nos servimos de las competiciones para sacar a la luz el talento de cada uno.
¿Dónde competimos?
Nuestros equipos de Baloncesto se dividen entre los que compiten en la Federación Madrileña de Baloncesto y los que lo hacen en la Agrupación Deportiva de la Sierra.
La Federación Madrileña de Baloncesto, institución histórica del baloncesto, cuenta hasta ahora con 6000 niños de distintos clubes, colegios y ayuntamientos compitiendo en las ligas Marco Aldani (femenina) y Mister A (masculina). Nosotros competimos en ambas siendo representados por dos equipos infantiles, tres alevines (uno de ellos femenino) y un benjamín. La proyección del próximo curso es la de seguir creciendo.
La liga de la Agrupación Deportiva de la Sierra cuenta también con una larga historia y trayectoria. Compuesta por dieciséis municipios de la sierra madrileña, aúna distintas competiciones deportivas, entre ellas la de baloncesto. Nuestra representación en esta liga está formada por equipos en categorías infantil, alevín y benjamín.
La Dirección técnica del club con la ayuda del staff técnico son los encargados de evaluar a cada niño para proponerles la competición que más se ajuste a ellos.
¿Por qué competir?
El competición es la piedra angular del deporte y son conocidos los beneficios de introducir a los niños y jóvenes en su práctica. En nuestro caso, lo que nos muestra la experiencia de todos estos años, es que el baloncesto contribuye a desarrollar valores personales y sociales de gran importancia en el proceso formativo del niño y el adolescente. El compromiso, la perseverancia, la responsabilidad individual y de grupo, el respeto a las normas y a los demás, la aceptación de las derrotas y las victorias son solo algunos de los valores que afloran al practicar nuestro deporte.
Además de estos valores, el Baloncesto obliga a desarrollar el trabajo cognitivo de cada jugador ya que deben aprender a atender y concentrarse, a tomar decisiones y a ser resolutivos. Estas capacidades, que se desarrollan practicándolas, ayudan enormemente a la autoestima de nuestros chicos.
El desarrollo deportivo que posibilita la competición -y el entrenamiento para presentarse a estos retos- es evidente: desarrollo físico, técnico y táctico.
En definitiva, nuestros chicos y chicas tienen una oportunidad única de seguir creciendo en un ambiente sano que favorece su crecimiento personal.
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