Ayer se celebraba la «IV Jornada mundial de los pobres» y nuestras chicas se dejaron interpelar por la invitación de su entrenadora Piluca a «superar las barreras de la indiferencia», como reclamaba el Papa Francisco, y colaborar con la actividad propuesta por tal motivo en la parroquia San Ignacio.
Su granito de arena consistió en quedar un domingo y, juntas (con nueva equipación incluida), hacer unas deliciosas galletas con forma de balón de baloncesto que posteriormente entregarían en la parroquia.
Este sencillo momento fuera de las pistas ha servido para darnos cuenta de las necesidades de los que nos rodean, a descubrirnos afortunados por lo que tenemos y además experimentar la alegría de trabajar con y para otros.
Hay gestos pequeños de los que se aprende mucho.
Enhorabuena equipo, esto nos lo llevamos a la cancha.
¡Somos equipo, somos San Ignacio!