Partido de un solo color desde el principio hasta el final, con un San Ignacio que defensivamente era un muro y al que le correspondía un contraataque de 10.
Sin dar ninguna opción al Valcude nos fuimos al descanso con 46-6. Los dos siguientes cuartos fueron una fotocopia de los anteriores. Nuestro rival no puedo hacer nada para evitar el rodillo local.
Victoria conseguida con facilidad y que nos es útil para que nuestros jugadores no bajen la intensidad ni la concentración hasta el final.