El pasado fin de semana, el equipo Cadete A puso el broche de oro a una temporada llena de esfuerzo, aprendizaje y superación. Con una emocionante victoria por 3-2, las jugadoras aseguraron el cuarto puesto en la clasificación, cerrando así una etapa que, aunque no culminó con el ansiado pase a la fase de ascenso, deja un balance sumamente positivo en términos de crecimiento deportivo y humano.
Desde el inicio de la temporada, el equipo demostró una clara intención de mejorar en cada partido. Las jugadoras afrontaron cada encuentro con disciplina, constancia y una mentalidad ganadora que fue madurando a lo largo de los meses. El último partido fue el reflejo perfecto de ese proceso: un duelo contra un rival exigente, donde cada punto fue peleado con determinación y carácter.
Una victoria que habla de evolución y compromiso
El 3-2 final no solo representa una victoria en el marcador. Es la expresión del camino recorrido, de las muchas horas de entrenamiento, de los ajustes tácticos, y sobre todo, de la unión del grupo. A lo largo de la temporada, el equipo mejoró notablemente en aspectos clave como la comunicación en la cancha, una defensa más sólida y una ofensiva decisiva en momentos cruciales.
Cada set ganado fue una muestra del progreso alcanzado. La confianza entre las jugadoras creció con cada encuentro, permitiéndoles cerrar partidos complicados con temple y actitud. La evolución del Cadete A no solo fue técnica, sino también emocional y estratégica.
Más allá de los resultados: un equipo que inspira
Aunque el acceso a la fase de ascenso se escapó por poco, el verdadero triunfo del Cadete A fue el desarrollo integral de sus integrantes. El cuerpo técnico destacó la madurez adquirida, el compromiso constante y el cambio de mentalidad que se ha gestado dentro y fuera de la cancha. Este equipo ha entendido que el éxito no solo se mide en victorias, sino en la capacidad de superarse, aprender y mantenerse unidas en cada desafío.
La temporada termina con un mensaje claro: el futuro es prometedor. Con una base sólida, un espíritu de equipo inquebrantable y un deseo de seguir creciendo, las jugadoras del cadete A se preparan para nuevos retos, llevando consigo una experiencia que marcará sus trayectorias deportivas y personales.