El pasado fin de semana, el equipo Infantil A de voleibol federado protagonizó una emocionante jornada marcada por la emoción, la tensión y grandes lecciones en la cancha. Las chicas se enfrentaron a las líderes de la tabla, Majadahona A, un reto que puso a prueba no solo su nivel técnico, sino también su capacidad para gestionar las emociones en situaciones de alta presión.
Un inicio complicado: los nervios pasan factura
Desde el primer set, el ambiente estuvo cargado de ansiedad. Las jugadoras, visiblemente nerviosas, no lograron desplegar su mejor juego, lo que se tradujo en un rendimiento irregular. La presión por enfrentarse a un rival tan fuerte pesó desde el saque inicial, limitando la fluidez de su juego y generando errores no forzados que complicaron sus posibilidades de imponerse en este parcial.
A pesar de ello, las chicas demostraron una actitud resiliente, luchando cada punto y sin rendirse, aunque el marcador no les favoreciera. Este primer set fue una muestra clara de su compromiso con el equipo, incluso en circunstancias adversas.
El segundo set: una batalla contra la presión
El segundo set mantuvo la tensión en lo más alto. La presión aumentó y las jugadoras del Infantil A se vieron atrapadas en un círculo de errores, que minó su confianza en momentos clave. A pesar de algunos destellos de buen juego colectivo, el equipo no logró mantener la consistencia necesaria para superar a sus oponentes.
El tercer set: la remontada que casi fue épica
Fue en el tercer set cuando el equipo mostró su mejor versión. Con una energía renovada y un espíritu combativo, las jugadoras salieron a la cancha decididas a darlo todo. Desde el inicio, se notó un cambio de actitud: lideraron el marcador durante buena parte del set, obligando a sus rivales a reaccionar para no perder su ventaja en la clasificación.
La lucha fue intensa y el Infantil A estuvo a solo unos puntos de cerrar este set a su favor. Sin embargo, las líderes de la tabla demostraron su experiencia, remontando una desventaja de tres puntos en los momentos cruciales. Este golpe anímico afectó la moral de las chicas, que terminaron cediendo el set y, con ello, el partido.
Una jornada de aprendizaje y crecimiento
Aunque el marcador final no fue favorable, este encuentro dejó valiosas lecciones para las jugadoras. La jornada no solo destacó por su intensidad física, sino también por el reto mental que implicó competir contra las mejores del torneo.
Es importante resaltar el crecimiento que mostró el equipo, especialmente en el tercer set, donde desplegaron su mejor nivel y demostraron que tienen el talento y la capacidad para competir al máximo nivel. Este partido será sin duda una experiencia clave para trabajar en la gestión de los nervios y reforzar la confianza en su juego de cara a los próximos encuentros.
